Crónica de una supuesta editorial

Desenmascarando a la supuesta editorial Célebre

El caso Célebre Editorial

Paso a paso, con esta entrada pretendo contar mi nefasta experiencia con esta supuesta editorial Célebre, y así evitar que otros autores incautos caigan en sus redes.

Los antecedentes

En el mes de febrero de 2020 firmé mi primer contrato de edición tradicional con Célebre Editorial para mis dos novelas, Huida hacia adelante y Turbulencias. El trabajo de cinco años culminaba de la mejor forma posible. Fue un gran éxito y un espaldarazo para mi incipiente carrera literaria.

Por desgracia, el camino se torció muy rápidamente. Al mes siguiente, llegó la Covid, y con ello, la suspensión de la presentación, Sant Jordi y las diferentes ferias del libro. Cierre de librerías y de cualquier acontecimiento social. De repente, la nada.

Se terminó organizando un Sant Jordi online gracias a la astucia de la editorial. Una de las pocas cosas positivas de esas semanas. Luego, meses y meses con muy pocas ventas, y la sensación de haber perdido mi primer tren literario. El rumbo de la supuesta editorial se torció definitivamente.

Empiezan los problemas

Para una editorial pequeña como Célebre, la Covid fue un mazazo económico muy duro. Las únicas ventas eran online y solo cubrían los gastos mínimos estructurales de la editorial. Pero al menos no naufragó y aguantó el tipo. Los autores hicimos un gran esfuerzo de promoción para intentar vender online y así salvar a la editorial.

El gerente, el señor Ricard Pérez Braña abrió una librería con el nombre de Somnia para que los autores tuvieran un buen escaparate para vender sus obras. Poco a poco se fue normalizando la situación y quise organizar una presentación de mis novelas. Aquí empezaron los problemas. La editorial no ayudó en nada ni buscó ningún lugar para hacer la presentación. Tampoco enviaron mis libros a varios contactos de librerías o blogueros interesados en reseñar mis obras. Insistí en ello, la respuesta era afirmativa pero los resultados eran nulos.

Mis obras en ebook, la posibilidad de estar en una distribuidora internacional, los libros en las grandes librerías… Promesas y más promesas y no cumplieron ninguna. Dos años después, aún estoy esperando mis novelas en formato digital. Humo, solo eso. Caramelos golosos para esconder la dura realidad. La supuesta editorial nos estaba defraudando a mí y a otros autores.

La confirmación de la supuesta editorial

El año 2022 fue el peor. La comunicación con la editorial era casi nula. Reclamé las regalías de los dos primeros años por teléfono y por correo, y casi nunca contestaron. Si llegaban a contestar solo ponían excusas tales como que el anterior contable no había hecho bien las cuentas. Fue en el mes de octubre, después de seis meses reclamando, cuando obtuve la primera respuesta por escrito. Un tal David Sánchez, sustituto de Ricard por baja médica, se disculpó y se disponía a cumplir mis demandas.

Después de intercambiar varios correos, envió un documento word con las supuestas regalías. No iba firmado por nadie ni llevaba ningún sello de la editorial. Se suponía que me debía creer las cifras porque no tenía ningún certificado de libros impresos ni la oportuna liquidación de ventas. Reclamé la firma del gerente en este documento y las buenas maneras desaparecieron para convertirse en amenazas si seguía con mi actitud de reclamar mis ganancias.

La rescisión de los contratos

Finalmente, decidí poner el caso en manos de un profesional para resolver la situación y dejar atrás la mala experiencia con esta supuesta editorial. Nos juntamos unos cuantos autores en la misma situación y contratamos a un abogado. Rescindimos unilateralmente nuestros contratos editoriales por incumplimiento de la editorial en el pago de las regalías y en otras cláusulas del contrato.

La editorial nunca respondió a estas solicitudes. Todo lo contrario. Indirectamente recibimos más amenazas para que no siguiéramos con el proceso. Eso nos dio aún más fuerzas para terminar denunciando a la editorial por estafa. Ahora todo está en manos de la Justicia y esperamos que se resuelva a favor nuestro.

Conclusión

He decidido dar el paso de contar mi experiencia por aquí porque es una forma de liberar la presión y la angustia por este proceso. El gerente de esta supuesta editorial ha jugado con mi ilusión y trabajo. Se ha lucrado de ello y sigue dirigiendo la editorial como si no pasara nada. Quiero evitar que otros autores noveles caigan en las garras de esta trampa.

Si expresando en voz alta esta experiencia logro conseguir que algún autor no caiga en sus redes, ya habré conseguido mi objetivo. Espero que pueda llegar lo más lejos posible y parar estas prácticas abusivas contra la parte más débil de una relación editorial, el escritor.

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